domingo, 19 de enero de 2014

Homenaje

Se te nota en la mirada. El orgullo que aflora desde cavernas donde parecía olvidado y dormido. Se te han cruzado los cables y echas luz flamígera por las pupilas. Iluminas la calle y a tus vecinos, que se contagian de ti y te contagian en igual medida. Sois faros de dignidad. Ya no oyes a los prudentes, a los buenistas, a los cobardes, a los hipócritas; ya no oyes el eterno discurso, la salmodia subterránea que te paralizaba. Estás decidido a luchar con lo que tienes: un puño, dos piernas, tu inteligencia y la ira de todo un pueblo. Sabes que es mucho más que una batalla por unas obras; aquí se pelea por el espacio y sus símbolos, ese espacio que nos han ido extirpando, haciéndonos extranjeros en nuestro propio barrio. Peleas por la soberanía, por el ultraje de los representantes al no escuchar el clamor de un vecindario. Te enfadas porque la corrupción urbanística llega a cotas indecentes, porque nos tratan como estúpidos y piensan que no nos enteramos. Gritas porque nos relegan a la periferia, nos condenan a la depauperización progresiva, derrochan millones mientras nos recortan servicios básicos. Incendias porque sabes sus motivos, que no son más que la rapiña; porque sabes el nombre de tu lucha, que es una lucha secular; porque sabes que los derechos no se regalan, que solo el pueblo salva al pueblo; porque sabes que cualquier noche puede salir el sol.

Tus ojos ahora iluminan un calabozo, pero a este tipo de luz no la paran los barrotes, ni las paredes de ninguna comisaría. Eres ejemplo, eres necesario, eres lo que nos anima a seguir luchando cada día. Haces que el orgullo se desborde en nuestros pechos al decir “yo soy de Gamonal”. Gracias.