Las drogas que yo tomo
son de fabricación propia,
así me salen mucho más baratas
pero no por ello matan menos.
La última que he inventado
es un metal rojo del desierto.
Se administra por vía nasal
para que llegue más rápido
al reptil que vive en mi cerebro.
En realidad yo sé
que no es más que aluminio pintado
y que solo existe en mi cabeza.
Algunos tienen amigos imaginarios
yo tengo camellos de mentira.
Lo más triste de todo
es que aun así me timan.
Pero no importa,
me han traido un nuevo cargamento
dentro de sus jibas,
ya tengo con qué divertirme
para unos cuantos meses.
Y olvidar que lo que quiero
es esnifar tu cerebro
rojo como las arenas
de los desiertos de Arrakis.
Pero no os preocupeis
porque
Yo controlo