Eres una risa
contenida, unas ojeras proletarias,
una duda
siempre viva.
Eres mi no muy
fiel lectora, mi leal amiga.
Eres la mañana
que no vivo, la aurora que no veo,
los amaneceres
que si alcanzo.
Eres un pokemon
legendario, tipo fuego y tipo rayo.
Eres mi
inconfesa envidia, un vínculo prohibido,
algunas noches
de llanto.
Eres oro,
bronce y plata:
orgullo de
cuatro casas
y un sombrero.
Eres una boda
en Atacama:
en los ojos
tienes sal,
en la piel
blanco desierto.
Eres griega sin
hache, latina con jota,
un giga de
tuenti, la sota de copas.
Eres zumo de
endrina, trasteros secretos,
penicilina
inyectada en vasos y besos.
Eres un perro
aullando a Venus.
Eres yo si
tuviese senos;
y si tú no los
tuvieras,
quizá serías
mi corazón.