jueves, 5 de noviembre de 2009

Vioética.

Me asombran las clases de bioética. Siempre acaban siendo una discusión sin sentido acerca de aspectos, recovecos y artículos de leyes sanitarias. Si hay una incompatibilidad entre la moral y la ley, la gente acaba indefectiblemente priorizando la segunda sobre la primera. Y eso si llegan a plantearse la diferencia.

Hoy en día la gente de bien es temerosa de la ley, como tiempo ha era temerosa de dios. Temen las esposas, y las togas, y los barrotes y las balas. Pero no son ni las esposas, ni las togas ni los barrotes ni las balas los que las detienen. Las detiene el temor mismo.

Y el temor es una ilusión. Una prisión mental sin barrotes ni carcelero, solo hecha de convicciones. De falsas convicciones. De normas sociales que interiorizamos de niños como interiorizamos el comportamiento físico de la materia. Que nos parecen de la misma naturaleza que éste, pero que en realidad no son más que papel, palabras y espejismo.

Abre los ojos. El sistema es una ilusión. La autoridad es una ilusión. Nadie tiene poder sobre ti, más allá del que tú mismo le des. Tú libertad, tu convicción y tu voluntad son reductos inexpugnables que nadie puede violar. Ni con todas las pistolas del mundo podrán obligarte a nada. Tú eres dueño de tu vida y responsable de tus actos.

Un maestro puede suspenderte, pero no puede impedir que aprendas. Un policía puede pegarte, pero no te quitará la verdad. Un juez puede encerrarte, pero jamás tocará un ápice de tu libertad. Basta con decir "no" para convocar la barrera infranqueable que nadie, nunca, podrá cruzar.

Cuando sea médico tendré que enfrentarme a decisiones de importantes consecuencias. Solo yo seré responsable de esas decisiones. No delegaré esa responsabilidad en políticos, jueces o instituciones. No pienso decidir en función de leyes ridículas redactadas por ineptos corruptos con fines interesados. No pienso doblegar mi moralidad a la legalidad, y mucho menos cuando un paciente me confíe su vida, su salud y su integridad.


Solo pueden contigo si te acabas rindiendo; si disparan por fuera y te matan por dentro.



2 comentarios:

  1. Te cito: "Solo pueden contigo si te acabas rindiendo; si disparan por fuera y te matan por dentro."

    y pregunto: ¿quién muere por dentro: los que luchan o los que no, que ya están muertos?

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  2. quiero decir que solo te pueden matar por dentro si te dejas, las balas de por si solo te pueden matar por fuera

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